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lunes, 17 de octubre de 2011

El Zorro de los Océanos (The Sea Chase)

El Zorro de los Océanos (1955)

La historia comienza en el puerto de Sydney, Australia, pocos días antes del estallido de la II GM. El Capitán Karl Ehrlich (John Wayne), un veterano lobo de mar de ideas antinazis, planea zarpar con su barco, el vetusto carguero Ergenstrasse, con rumbo a Alemania antes del comienzo de las hostilidades, para evitar el internamiento. A la tripulación se le unirá un inesperado pasajero, la atractiva agente del servicio secreto Elsa Keller (Lana Turner), que se había prometido al oficial británico Jeff Napier, amigo personal de Ehrlich, quien será el encargado de encabezar la búsqueda y captura del Ergenstrasse.

El Zorro de los Océanos supuso la adaptación para la gran pantalla de la novela The Sea Chase ("Persecución Marítima") del escritor Andrew Geer, la cual apareció publicada por primera vez en 1948. Sin embargo, al preparar el libreto del film, en vez de atenerse fielmente al original literario, los guionistas decidieron introducir varias modificaciones sustanciales, que perjudicaron en buena medida la esencia de la historia original. Para empezar, modificaron el personaje central, que en el libro era un duro lobo mar y un nazi convencido, convirtiéndolo en el film en un hombre de convicciones monárquicas y opuesto al régimen, sin duda para hacerlo más simpático de cara al público norteamericano, sobre todo teniendo en cuenta que el papel iba a ser encarnado por John Wayne, el american hero por excelencia de Hollywood. Además, también alteraron el personaje de la coprotagonista, la espía Elsa Keller, que en el libro era descrita de una manera mucho menos dulce de lo que aparece en el film, de modo que el peso de este personaje en la narración quedó bastante devaluado.

Pero, dejando de lado los cambios introducidos respecto a la novela de Geer, el principal problema de la película es que ninguno de los tres ejes narrativos que plantea, a saber, la acción naval, el romance y el enfrentamiento de Erlich con sus perseguidores, consigue realmente enganchar al espectador. En el apartado puramente bélico, hay que señalar que las escenas de acción son escasas, y están resueltas con unos efectos visuales más bien pobres, incluyendo un cierto abuso del recurso de mostrar la trayectoria del buque que aparece sobre impresionada en un mapa marítimo. Por otro lado, el aspecto romántico de la trama resulta bastante simplón y trillado, amén de que se nota a la legua de no existía química entre John Wayne y Lana Turner, por lo que su romance se antoja más bien forzado e inverosímil.

Y, finalmente, el aspecto dedicado a la persecución que sufre el buque de Ehrlich por parte de la Royal Navy, el típico juego del gato y el ratón que tan buenos resultados suele ofrecer en este tipo de Films, está resuelto en este caso con muy poco nervio narrativo. Tampoco la parte más típica del cine de aventuras, dedicada a la prolongada escala que hace el Ergenstrasse en la isla tropical para aprovisionarse de madera, y que ocupa bastantes minutos de la parte central de la narración, ofrece nada realmente estimulante para el espectador. Es por estas razones que la película se contempla con cierto agrado, pero también con un evidente punto de indiferencia hacia lo que ocurre en la pantalla.

En definitiva, El Zorro de los Océanos es un correcto título de aventuras marinas, que cuenta con un buen reparto, pero que resulta a todas luces bastante discreto en el aspecto narrativo. Por ello, puede considerarse como una de las películas menos memorables del gran John Wayne y una de esas historias que, sin duda, podrían haber dado mucho más de sí de haber contado con una realización más vigorosa.

Calificación: 5/10

12 comentarios:

Piru dijo...

Hola Von Kleist, no conocía la película pero leyéndote entiendo que tampoco nos perdemos mucho.

Un saludo

Wittmann dijo...

Buenas Kleist.

Antes de nada, gracias por incluir la reseña de mi blog. Pues poco cabe indicar acerca de esta película más de lo dicho. Sólo que, a pesar de todo, nos enseña dos lecciones importantes: la primera es que por lo de pronto el libro suele estar casi siempre por encima de la película; y en segundo lugar nos demuestra que una película descafeinada y sin atributos no la remedia ni un buen John Wayne.

Saludos.

Von Kleist dijo...

Buenas

Piru, la verdad es que no te pierdes demasiado, aunque al menos sí que se agradece la curiosidad de ver a John Wayne interpretando a un lobo de mar alemán. Pero es verdad que es una película que tampoco ofrece muchos puntos de interés, más alla de la relativamente poco trillada temática naval.

Wittmann, de nada por el enlace a tu estupenda reseña. Es cierto que los libros suelen gustar más que las películas, pero es que en el libro suelen desarrollarse más a fondo las situaciones y los personajes. Además, las adaptaciones de los años 50 son muy problemáticas por el hecho de que la censura y el puritanismo imperante en la sociedad de la época hizo que muchas adaptaciones de novelas "duras" se quedaran muy descafeinadas en su traslación a la gran pantalla. Esa fue la regla general de la época.

Saludos

miquel zueras dijo...

Hola, Von Kleist. Vi esa película en una de esas sesiones televisivas de sábado por la tarde que ya comentamos y me decepcionó bastante. De entrada no me resultó creible ver a Wayne como oficial alemán (claro que tampoco lo era como Genghis Kan en "Los conquistadores") La trama era desaprovechada, aburrida, efectos especiales de saldo y es curioso porque entonces era un niño pero me di cuenta de esa falta de química que comentas entre los dos protagonistas. Supongo que -como es lo habitual- el libro era mejor. Saludos. Borgo.

Von Kleist dijo...

Buenas Miquel

Efectivamente, esta fue emitida por TVE, y últimamente la han pasado en el 13 TV. Como dices es una trama desaprovechada. El romance resulta soso, la persecución del buque más bien descafeinada, y la parte de aventuras es poco interesante. Se salva por la presencia escénica de Wayne y una buena factura visual, pero es verdad que los cambios que se introdujeron respecto a la novela no ayudaron a mejorar la historia, precisamente.

Saludos

miquel zueras dijo...

Hola, Von Kleist. Me gustaría mucho que te pasaras por mi blog pues verías mi portada para la novela en que se basó "La noche de los generales" con Omar Shariff y Peter O´Toole y también hablo de Karl von Vereiter, autor de "Yo fui médico del diablo", un libro que seguro recordarás. Saludos. Borgo.

Von Kleist dijo...

Buenas Miquel

Ya me mismo me tienes por alli, comentando...;)

Saludos

Major Reisman dijo...

Buenas

Totalmente de acuerdo con lo apuntado. La película podría haber sido una más que decente obra de aventuras, pero se quedó en una especie de ni-chicha-ni-limoná. Puede entenderse que cambien el que el personaje principal no fuera un nazi (incluso creo que ahora sería difícil de que el público lo aceptara). Pero es que no hay emoción en la caza, y la química entre Wayne y la Turner es más simple que la de un quimicefa. Una pena de oportunidad malograda

Saludos

Von Kleist dijo...

Hola Reisman

Pues sí, creo que la expresión coloquial "ni chicha ni limoná" define a la perfección los males de esta película. El director podría haber escrito el perfecto manual de como quedarse a medio camino en todos los temas que plantea. Y personalmente creo que fue un error modificar la filiación política del protagonista. Si el "bueno" se enfrenta a un nazi malo, malísimo, al menos el público podía sentirse más interesado en la búsqueda y captura del buque alemán. Pero claro, si encima el "malo" es un buenazo... pues mal lo ponemos. Y sobre el romance entre Wayne y Turner, no se lo cree ni el que lo escribió. Creo sinceramente que "The Duke" no era el actor apropiado para el papel.

Saludos

Jorge Molina Herrera dijo...

Pese a las evidentes "cojeras" de las que adolece, me atrevo a decir que esta es una de las pocas veces en las que el film supera al libro. Escrito por Andrew C. Geer, un oficial de la reserva naval estadounidense que devino en escritor; el libro -que no es precisamente "The Cruel Sea" de Nicholas Monsarrat, pues está repleto de inconsistencias e imprecisiones técnicas- desperdicia un buen tema que jamás logró ser bien desarrollado. Que se haya puesto a John Wayne en un papel que hubieran hecho a las mil maravillas actores de la talla de Kurt Jürgens o Hardy Krüger; nos dice con elocuencia que el objetivo final del film era sencillamente entretener al intelectualmente modesto público norteamericano. ¿Qué importa que el Capitán Erhlich no sepa usar las reglas paralelas sobre la carta náutica, ni que intente tomar la meridiana con el sextante, estando bajo techo? ¿Qué importa si sus binoculares parezcan demasiado modernos y se vean casi sin uso, o que todos a bordo fumen donde les da la regalada gana? Creo que esta película logra entretener, aunque tengamos que tragarnos la habitual actitud de macho alfa lomo plateado de Wayne. Por último, quienes alguna vez estuvimos enrolados en la marina mercante y mantenemos nuestro amor por los barcos, podemos disfrutar de las tomas del viejo vapor utilizado y de sus vistas de la sala de máquinas, su puente de mando y la cámara del capitán. Esto, sin contar las palomitas de maíz y la Pepsi que endulzaron mi matinée.

Fernando González del Campo Román dijo...

Acabo de verla en 13TV y me ha encantado. Está claro que formo parte de esa parte del público menos exigente que disfruta viendo a uno de sus actores favoritos, íntegro como siempre y humano al mismo tiempo, haciendo en este caso el papel de alemán bueno cuando estaba en marcha el Plan Marshall y quedaban sólo dos años para fundar la Comunidad Económica Europea. Saludos

Von Kleist dijo...

Buenas Fernando

Si te ha gustado estupendo, esto es asi, cada cual tiene diferentes gustos. A mi me parecio bastante flojita, la verdad. Aunque es verdad que John Wayne mostraba su carisma en pantalla, aunque en este caso un poco desdibujado a mi modo de ver.

Saludos